Algo que celebrar
Felicidades!Cuántas veces la hemos dicho. "Felicidades!" Por el examen aprobado, por el trabajo conseguido, por los buenos resultados económicos, por los trabajos bien hechos, por cumplir un año más...
La decimos y creo que siempre nos quedamos cortos. Como si la palabra quisiera expresar algo que no está en nuestra mano: que dure!, que permanezca!, que no se acabe!... Y, apenas la hemos dicho, ya se fue. Ya es pasado, ya no existe. Y entonces la felicitación se vuelve mustia, sin fuerza, sin perfume.
Qué pena, verdad?
Me recuerda la nota de humor de los aborígenes australianos en el libro: "Las voces del desierto" de Marlo Morgan. Qué gracia tiene cumplir un año más? Celebráis algo por lo que no habéis hecho nada? Un año más, un día más... es algo que ocurre solo.
Nosotros, dicen ellos, celebramos que, por ejemplo, hoy, este año, soy mejor que el año anterior. Entonces invito a los amigos y lo celebramos, hacemos una fiesta.
Pues bien, hoy me pasa a mí algo parecido: Creo que hoy soy algo mejor que el año pasado.
Siento que estoy descubriendo algo importante.
Bueno, es algo tan lógico y tan patente que no es un verdadero descubrimiento:
Empiezo a convencerme de que me voy a morir, de que es definitivo, que no tengo solución, que no puedo hacer nada...
Y por eso mismo, comienzo a intuir que por eso mismo, puedo hacer lo que quiera.
Es tan seguro que tengo ese final que "este momento" lo quiero convertir en algo eterno=atemporal... como el que se concentra totalmente en lo que está haciendo y el "tiempo se le va", no cuenta, no pasa, es todo.
Felicidades! porque empiezo a "convencerme". No es que lo sepa intelectualmente. Eso todos lo sabemos. No, psicológicamente, emocionalmente, creo que empiezo a sentirlo.
Felicidades! porque cuando se llega a ese nivel, qué importan las grandes fortunas, el chalet de la sierra, o el gran coche. Qué más da ese cuerpazo que has recibido o que te has "construido" en tu gimnasio. Y el trabajo? Y el cansancio? Y lo que dicen?
"Esto se acaba, amigos". Y no es el sentido trágico de un final. No, es el principio de ese momento eterno, atemporal, intenso, total, en el que intentamos tocar "el cielo" con un dedo en ese arrebato que hemos sentido alguna vez, casi sin darnos cuenta (el escalador en tensión, el deportista concentrado en ese sprint final, el que juega algo divertidísimo, el que se siente transportado en la lectura de ese libro maravilloso...). "Ah! Se me ha ido el santo al cielo"...
Eso es lo que quiero celebrar. "Que en cada momento, en este momento, se me va el santo al cielo!"
Y es que, como decía un primo del pueblo, esto "no tiene ningún remedio". Y sólo me queda este momento que es precioso, que es único y que es una auténtica felicidad que "el santo se me vaya al cielo".
2 comentarios
Raquel -
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Gracias :)
Blas -
Como se me pare la moto un día tendrás que empujar, por lo menos hata la jubilación. ¡Qué digo, sobre todo desde la jubilación!